Transforma tu cuerpo con Body Pump: Antes y después de un mes de entrenamiento

Mi experiencia personal con Body Pump antes y después

Desde muy joven me he interesado por la actividad física. Siempre he sido de las personas que disfruta mucho con el deporte, pues no solo me ha ayudado en mi salud y en mi imagen, sino que también me ha aportado mucha felicidad y calma mental. Hace algunos años, un amigo me recomendó que probara Body Pump.

Yo nunca había oído hablar de ello, pero él me prometió que este entrenamiento impactaría en mi cuerpo de una manera que otros ejercicios no lo harían. Y no se equivocó, pues puedo decir que Body Pump cambió mi vida física y mentalmente. Así que hoy quiero hablaros un poco más sobre Body Pump antes y después.

¿Qué es el Body Pump?

El Body Pump es un entrenamiento intensivo que se realiza en un espacio cerrado y que combina distintas actividades físicas con la utilización de pesas. Este método fue creado en el año 1990 por Les Mills, un entrenador de fitness neozelandés, y su objetivo es mejorar la fuerza muscular, ganar tono muscular y, especialmente, quemar grasas.

¿Por qué es tan efectivo?

El Body Pump se realiza con una combinación de ejercicios que trabajan todos los músculos del cuerpo. El resultado es un aumento en nuestra masa muscular y un aumento en nuestro metabolismo basal, lo que se traduce en un aumento en la quema de grasas. Por eso, si lo practicamos durante varias semanas, podemos conseguir notables cambios en nuestro cuerpo.

Mi experiencia personal con el Body Pump antes y después

Antes de probar el Body Pump, yo ya practicada algún deporte y solía ir al gimnasio. Sin embargo, aunque en general me sentía bien, siempre había zonas de mi cuerpo que se me resistían. En concreto, mi brazo derecho parecía tener mucha menos fuerza que el izquierdo y siempre tenía la sensación de que las pesas de la sala de musculación eran demasiado grandes.

Desde la primera sesión de Body Pump, noté que estaba muy alejada de estar en forma. Respiraba con dificultad y sudaba muchísimo, pero había algo alentador en todo esto: además de hacer ejercicio, sentía que estaba lanzando un reto a mi cuerpo. Así que continué asistiendo a las sesiones de Body Pump.

Después de unas semanas, empecé a sentirme mucho más ágil y noté un aumento en mi fuerza. Mis glúteos y mis brazos se veían más firmes. A los tres meses, había perdido algunos kilos, pero lo más importante para mí era que me sentía mucho más segura de mí misma. Incluso superé la marca que me limitaba a la hora de levantamiento de pesas.

Conclusión

Si estáis pensando en empezar con el Body Pump, es importante tener en cuenta unos cuantos consejos para sacarle el máximo provecho a esta actividad. Por ejemplo, es importante que asistáis a un gimnasio de confianza y que elijáis un monitor con experiencia. También es importante que no cedáis al desánimo si los primeros días resultan duros o abrumadores.

• Tomad agua antes, durante y después de las sesiones.
• Usad ropa cómoda y adecuada para hacer deporte.
• Controlad vuestra respiración.
• Empezad con un peso adecuado, no os obsesionéis con levantar mucho peso desde el primer día.
• No penséis que Body Pump sustituirá a una alimentación sana y equilibrada.

En resumen, después de mi experiencia personal con el Body Pump, puedo decir que este entrenamiento es muy efectivo a la hora de conseguir grandes cambios físicos y emocionales. Si lo hacéis con constancia y determinación, veréis los resultados. No obstante, recordad que hay que ser pacientes y no pretender que los resultados sean visibles en cuestión de días. Yo estoy muy satisfecha con mi decisión de probar Body Pump, os animo a probarlo vosotros también.

Un último consejo

Si habéis decidido probar con Body Pump, recordad que las sesiones pueden ser muy intensas y que hay que controlar muy bien la hidratación y la nutrición después de cada entrenamiento. En el caso de que estéis buscando un truco para sentir menos fatiga después de estos entrenamientos intensivos, os recomiendo utilizar un aceite corporal nutriente que os ayude a aliviar pequeñas molestias musculares y a recuperaros más rápidamente. Concretamente, a mí me ha funcionado muy bien la combinación de aceite de almendras y aceite de argán, aplicándolo con un suave masaje circular.